Kayce James me ha fascinado desde la noche en que nos conocimos.
Mi encaprichamiento con ella no ha hecho más que crecer a medida que pasábamos innumerables noches revelándonos mutuamente nuestros secretos más oscuros y nuestros deseos más profundos. Solo hay una palabra para describir lo que siento por ella: obsesión.
Una pequeña cosa arruina nuestra relación, por lo demás perfecta. Kayce solo me conoce como el hombre enmascarado detrás de la pantalla de su ordenador.
Pero eso está a punto de cambiar.
Ella es mía. Solo que aún no lo sabe.
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