Después de veintidós años juntos, Danielle y Alex se divorcian. Una vez ferozmente enamorados, apenas pueden soportar el sonido de la voz del otro. En lugar de barajar a los niños entre dos hogares rotos, Alex y Danielle deciden compartir un apartamento nido mientras intercambian los días con sus dos hijos adolescentes en la casa familiar.
En el apartamento, Dani y Alex, cada uno por su lado, empiezan a reflexionar sobre las dos últimas décadas: por qué se enamoraron y por qué el matrimonio se desmoronó estrepitosamente. Con el nuevo espacio y tiempo, tienen la oportunidad de reencontrarse a sí mismos. Ambos vuelven a salir, Dani encuentra un gran éxito en su trabajo como showrunner de su propio proyecto televisivo, mientras que Alex se enfrenta a los retos de una nueva relación.
Sin embargo, se dan cuenta de que no pueden mantenerse alejados el uno del otro y, de alguna manera, la distancia les permite recordar (por primera vez en años) lo que solían amar el uno del otro. Cuando una crisis familiar los vuelve a poner en la órbita del otro, Danielle y Alex son, una vez más, puestos a prueba, lo que lleva a una conclusión dramática que hará llorar a los lectores.