Wynter.
Perdón por ser una aguafiestas esta temporada, pero este año voy a matar a cualquiera que toque un solo compás de esa maldita canción de Mariah Carey. Se suponía que debía olvidarme de mi inoportuno cumpleaños mientras bebía cócteles junto a la piscina en una isla tropical con mis mejores amigas. En cambio, las chicas no están disponibles, y he tenido un ataque de ira de proporciones épicas con mi jefe. Ah, ¿y mencioné ya que está nevando?
Nick.
Tengo muchas cosas en la cabeza, lo cual no es inusual para mí en la víspera de Navidad, pero la presión está realmente al máximo este año. Ahora que he encontrado a Wynter, es como si hubiera entrado en una buena racha. Cuando levanto el puño para llamar a la puerta de la remota cabaña, algo se mueve en mi bolsa de trucos y lucho por sofocar la sonrisa que tira de mis labios. Verás, sé exactamente lo que ella quiere y necesita. Viene con el cargo, y por suerte para ella, soy un dador. En más de un sentido. En este momento, tengo que conquistarla y convencerla de que se quede conmigo, entonces todo estará bien en el mundo. Le deseo suerte resistiéndome. La va a necesitar.