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Érase una vez un hada malvada que, en un acto de venganza, maldijo a un linaje de princesas a morir. Una maldición que solo podía romperse con un beso de amor verdadero.
Has oído esto antes, ¿verdad? El apuesto príncipe. Los felices para siempre.
Tonterías.
Déjame decirte, nadie en Briar se preocupa por lo que le sucede a sus princesas. No de la forma en que se preocupan por sus joyas y fiestas elaboradas y elixires que otorgan encanto. Pensé que a mí tampoco me importaba.
Hasta que la conocí.
La princesa Aurora. La última heredera al trono de Briar. Amable. Gentil. La futura reina que su reino necesita. Una a la que no le molesta que yo sea Alyce, la Gracia Oscura, aborrecida y temida por la misteriosa magia oscura que corre por mis venas. Humillada y avergonzada por los mismos nobles que me pagan por embotellar maleficios y luego me tachan de monstruo. Aurora dice que debería estar orgullosa de mis dones. Que ella... se preocupa por mí. A pesar de que un poder como el mío fue responsable de su maldición.
Pero a menos de un año de que esa maldición la mate, cualquier futuro que pudiera ver con Aurora se está desintegrando rápidamente, y ella no puede soportar besar a otro príncipe insípido. Quiero ayudarla. Si mi poder comenzó su maldición, tal vez sea lo que pueda levantarla. Tal vez juntas podamos forjar un nuevo mundo.
Tonterías otra vez. Porque todos sabemos cómo termina esta historia, ¿no? Aurora es la hermosa princesa. Y yo...
Yo soy la villana.
2
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¿El amor verdadero rompe maldiciones o las inicia?
La Gracia Oscura ha muerto.
Temida y despreciada por el siniestro poder que corre por sus venas, Alyce se venga del reino que la convirtió en una paria. Briar, antaño un reino de decadencia y belleza, es ahora dominio absoluto de Alyce. Y nadie escapará a las consecuencias de su ira. Ni siquiera la única persona que tiene su corazón.
La princesa Aurora vio a través de la espinosa fachada de Alyce, ganándose un amor que prometía el amanecer de una nueva era. Pero es un amor que tiene un precio muy alto: Aurora duerme ahora bajo una maldición que ni siquiera el inmenso poder de Alyce parece poder romper. Y el sueño del mundo que habrían construido juntas no es más que cenizas.
Alyce jura hacer cualquier cosa para despertar a la mujer que ama, aunque eso signifique convertirse en el monstruo que Briar cree que es. Pero, ¿podrá Aurora amar a la villana en la que se ha convertido Alyce?
¿O es el amor verdadero solo para los cuentos de hadas?
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