Mi vida con los Walter Boys se centra en la remilgada, correcta y siempre perfecta Jackie Howard.
Cuando su mundo se ve trastornado por la tragedia, Jackie debe aprender a soltarse y volver a ser parte de una familia.
A Jackie no le gustan las sorpresas. ¡El caos es el enemigo! La mejor manera de lograr que sus padres exitosos y ocupados se fijen en ella es ser perfecta. La mirada perfecta, las notas perfectas, la hija perfecta. Y luego...
Sorpresa número 1: la familia de Jackie muere en un extraño accidente automovilístico.
Sorpresa #2: Jackie tiene que mudarse a través del país para vivir con los Walters, sus nuevos guardianes.
Sorpresa #3: Los Walters tienen doce chicos. (Bueno, once, pero Parker actúa como un niño de todos modos)
Ahora Jackie debe cambiar su personalidad Tipo A y su apartamento en la ciudad de Nueva York por un rancho en Colorado y todos los salvajes chicos Walter que lo acompañan.
Jackie está rodeada de chicos enemigos ruidosos, sucios y molestos que no tienen idea del espacio personal. De acuerdo, varios de los chicos mayores son absolutamente hermosos. Pero sigue siendo molesto. Ella no es engreída ni aburrida, no importa lo que digan. Pero demostrarlo es otra cuestión.
¿Cómo puede encajar y seguir adelante cuando necesita mantener viva la memoria de sus padres cumpliendo la promesa de ser perfecto?
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