The darkness within

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OPCION 1

Domino.

Dicen que soy un monstruo. Frío. Insensible. Un hombre nacido para gobernar con manos manchadas de sangre. No están equivocados. No siento culpa cuando mato, solo euforia. No hay nada como la adrenalina de sostener la vida de alguien en mis manos, sabiendo que controlo el momento exacto en que termina. La vida es débil. Frágil. La muerte es la única verdad.

Entonces conocí a Remi Cain. Callado. Obsesionado con la belleza de la muerte, igual que yo. En el segundo en que lo vi, lo deseé. No solo su cuerpo, sino su oscuridad, las partes que nadie más ve. Quiero poseerlo, romperlo, atarlo a mí con sangre. Quiero tenerlo sin aliento en mis manos, con el corazón latiendo, sabiendo que podría desarmarlo hermosamente pieza por pieza, y él me dejaría. Destruiré a cualquiera que intente interponerse entre nosotros.

Remi.

La vida siempre me ha parecido temporal, efímera. La gente miente. Los momentos se desvanecen. ¿Pero la muerte? La muerte nunca cambia. Es permanente. Inquebrantable. La única cosa en la que puedes confiar. Eso es lo que siempre he creído, hasta que Domino DeMarco irrumpió en mi mundo.

Es aterrador. Brutal. Hermoso de una manera que debería hacerme huir. Pero no lo hago. No puedo. Domino no solo prospera en el caos; él es el caos, y lo anhelo más con cada latido de mi corazón.

Estamos atados por sangre y obsesión. En un mundo gobernado por la violencia y la traición, el amor es tan mortal como la propia muerte. Pero para nosotros, tal vez eso es exactamente lo que lo hace hermoso.