El destino no me ataría a estos hombres, ¿verdad?
Enviada a la inflexible escuela de magia tras años escondiéndome de las autoridades, voy atrasada respecto al resto, sin nada más que mi cerdo mascota a cuestas, y lucho por encajar.
No es de extrañar que sea el hazmerreír de los estudiantes... así como de los profesores.
Y cuatro hombres en particular parecen decididos a hacerme la vida imposible.
El hombre que me atrapó.
Mi malhumorado y mordaz profesor.
La estrella del equipo de duelo.
Y el rompecorazones de la escuela.
Todos tienen su manera especial de torturarme, pero no pienso ceder.
Los odio.
Cuando estoy con ellos, me siento como un pez en un anzuelo, un azuelo que me arrastra en su dirección; y se me arremolina en las entrañas algo más que simplemente odio.
¿Se trata de magia o de algo mucho más peligroso?
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