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En un mundo perfecto, Lucas West conocería a alguien en una de las comunidades BDSM en las que participaba activamente, alguien que anhelara un Daddy Dom tanto como Lucas anhelaba un Little al que cuidar. Saldrían, jugarían, construirían algo que fuera sólo para ellos y compartirían un futuro juntos.
En un mundo perfecto, Colt Carter superaría su próximo despliegue y se mudaría más cerca de DC, donde podría crear al menos una apariencia de vida personal.
Quería algo fuera de las Fuerzas Aéreas, algo pervertido, algo por lo que mereciera la pena dejarlo todo. Durante años, había mantenido encerrado a su sádico interior y a su Daddy Dom, y sólo lo dejaba salir para jugar en raras ocasiones.
En un mundo perfecto...
En la realidad, Lucas y Colt se conocieron
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“¿Me pegarás sin saber el motivo?”
Esa es la pregunta que hago cuando voy a los clubes a buscar sádicos.
La mayoría de los hombres dicen que no inmediatamente. Ven las banderas que levanta mi pregunta y se alejan. Son los buenos. Son los tipos que se adhieren a la seguridad, la cordura y el consentimiento. Quieren ser conscientes de los riesgos y no causar daño.
Pero no estoy buscando a un buen tipo. Estoy buscando un castigo.
Las luces estroboscópicas me iluminan cuando llego a su mesa. La música pesada e industrial es ensordecedora y mi cabeza está llena de imágenes de dolor, fuego y acusaciones. Oigo el tono penetrante de una máquina que me hace saber que tengo que decirles a mis dos hermanos pequeños que el corazón de nuestra hermana nunca volverá a latir.
Tal vez estos dos sádicos gemelos me ayuden. Lo único más grande que River y Reese Tenley es su reputación. Será mejor que no me decepcionen.
Hago mi pregunta. Pregunto si me pegarán sin saber por qué lo quiero.
Me miran con frialdad y no sé si es River o Reese quien responde. Tiene un tatuaje de aspecto amenazador en el cuello.
"Claro. Es tu funeral".
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