Sinopsis:
¿Y si el amor pudiera trascender el tiempo y la muerte?
Cuando tenía tres años, empecé a dibujar una casa con una puerta roja. Junto a la casa dibujé una familia feliz: un esposo, una esposa, un bebé y su perra. Durante años lloré todas las noches, abrazada a los dibujos, suplicándole a mi mamá que me llevara a casa con mi verdadera familia.
Me tacharon de rara: una niña con talento e imaginación hiperactiva.
Pero un día fui directamente a la casa de la puerta roja y encontré al hombre y a la perra que había estado dibujando.
Alex Fox era callado. Un artista sexy y melancólico. Un recluso que se escondía tras un parche en el ojo y el cabello desgreñado. Un viudo afligido, suspendido en el tiempo, sin avanzar. Esperando el regreso de su gran amor.
A medida que crecía, desarrollamos una amistad improbable pero fácil, uniendo nuestro amor mutuo por el arte. Él me resultaba familiar, su casa me parecía mi hogar, pero a medida que pasaban los años, me resultaba cada vez más difícil ignorar no solo mis crecientes sentimientos por él, sino también las extrañas visiones que pasaban por mi mente cada vez que me acercaba demasiado a él o pasaba tiempo en su casa.
O más específicamente, cuando tocaba las cosas de su DIFUNTA ESPOSA. Como su vestido de novia, y los labios de su marido.
Los sueños, la realidad y la cordura comenzaron a confundirse hasta que llegué a una sorprendente revelación. No estaba teniendo visiones, y no estaba delirando. Estaba teniendo recuerdos. Recuerdos de la difunta esposa de Alex, para ser exactos.
Alex lucha contra nuestra innegable conexión, creyendo que estoy fuera de sus límites y que soy demasiado joven para él. Intenta desesperadamente hacer lo correcto: apartando a la única cosa que ha estado deseando desde aquel trágico día en que lo perdió todo. O eso cree él.
ÉL FUE MÍO, UNA VEZ, EN UNA VIDA ANTERIOR.
Y voy a hacer que vuelva a ser mío.
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